Estos días de invierno, al hacer tanto frío, un grupo de 20 chavales y chavalas de entre 14 y 18 años, nos juntamos en unos arcos que hay bajo unas casas de Arrigorriaga. No entra aire frío, así que, vamos la mayoría de fines de semana.
Un domingo que parecía que a mucha gente le apetecía quedarse en casa, solo nos arrimamos tres amigos y yo a aquellos arcos. Estábamos a nuestro rollo y no nos apetecía hablar con nadie. Pero de repente, un adulto de aproximadamente 37 años de edad se nos acercó y comenzó a comentarnos que la noche anterior habíamos dejado todos los vasos de plástico y todas las botellas de plástico enfrente de su portal. La verdad que parecía muy enfadado, solo hablaba él y no nos dejaba decirle que nosotros no habíamos sido.
En mi opinión, creo que se pasó. Claro que él tenía razón, pero también tienen que entender que nos molesta que nos culpen por algo que no hemos hecho.
Cuando los vecinos bajan, no nos preguntan si los que anoche se situaban en su portal son conocidos nuestros; los vecinos, directamente, aceptan que somos conocidos y se les ve en la cara que piensan que hemos sido alguno de nosotros. A veces, también señalan a uno de nosotros y dicen: tú estuviste anoche aquí, te vi.
Les entiendo, pero que tengan un poco de comprensión hacia nosotros.
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